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¿Qué cambios se presentarán en el terreno de los métodos de pago en 2020?

La finalidad que ha impulsado la evolución de los métodos de pago es facilitar compras y transacciones en un mundo globalizado, y con el rápido avance de la tecnología la tendencia nos empuja hacia lo digital, que a su vez, significa que cada vez exista menos interacción física entre vendedores y compradores.

El comercio electrónico se ha posicionado como el jugador que más cambios ha provocado en cuanto al uso de métodos de pago. Cada año se van redefiniendo los métodos gracias al entorno económico y el desarrollo tecnológico. Sin embargo, lo más importante es que los pagos han pasado de ser un mero medio transaccional a una solución estratégica de valor para consumidores y comercios.

Para Dominic Broom, Jefe de ventas y relaciones de gestión para Europa, Medio Oriente y África de BNY Mellon, los pagos en 2020 se redefinirán, sobre todo, debido a una gran competencia que obligará a todos los mercados a permitir la entrada de proveedores no tradicionales.

Sin duda, el ecosistema tomará forma de acuerdo con la flexibilidad que ofrezcan los nuevos y tradicionales métodos de pago. En este sentido, los pagos móviles comienzan a cobrar una relevancia apabullante: mientras que en 2015 los ingresos mundiales por pagos móviles ascendieron a 450 mil millones de dólares estadounidenses, se espera que para el cierre de 2019 superen el billón de dólares estadounidenses.

Hay jugadores, que no son instituciones bancarias, muy bien establecidos, como Paypal (con 286 millones de cuentas activas a nivel global), pero existen más opciones que corresponden a los ‘pagos invisibles’ — donde pareciera que todo el proceso se efectúa en el fondo sin una interacción directa entre las partes que efectúan la transacción—.

Las divisas electrónicas (como Bitcoin, la más popular) y el sistema Blockchain son dos tendencias que seguirán dando forma al ecosistema de pagos. Incluso Facebook acaparó los titulares de la prensa el año pasado al anunciar la creación de una criptomoneda llamada Libra, la cual estará soportada sobre una plataforma de blockchain llamada Libra Network.

Y aunque la mayoría de las transacciones digitales se efectúan mediante smartphones, en próximos años se espera que los wearables ganen terreno, sobre todo si los principales jugadores como Apple Pay y Android Pay perfeccionan la autenticación biométrica para validar transacciones, como prevé Yuliia Mamonova, especialista en el desarrollo de negocios en Ikajo, proveedor de servicios de pago a nivel global.

Los nuevos jugadores y las posibilidades tecnológicas han orillado a las instituciones financieras consolidadas a sumarse a la ola de una otra forma. Por ejemplo, tan solo en julio de 2018, Mastercard obtuvo una patente en Estados Unidos  para realizar transacciones de criptomonedas con tarjetas bancarias, mientras que American Express presentó también en el mismo país, una patente para un sistema de prueba de pago basado en blockchain. En tanto, en agosto de ese año BBVA se convirtió en la primera entidad bancaria española en usar un sistema de identificación biométrica por iris a través de Samsung Pass para acceder a la app de banca móvil.

Las innovaciones seguirán apareciendo de manera acelerada, incluso para los pagos de manera física. Un claro ejemplo de esto son los beacons, pequeños dispositivos basados en tecnología Bluetooth de bajo consumo, que emiten una señal que identifica de forma única a cada dispositivo. Dicha señal puede ser recibida e interpretada por otros dispositivos, como un smartphone.

En un comercio, un beacon permitiría que el smartphone de un cliente se comunique con los dispositivos conectados del retailer para obtener información de un producto y, finalmente, realizar un pago, sin necesidad de hacer filas en una caja y sacar una tarjeta, ni mucho menos dinero en efectivo.

Como podemos ver, los métodos de pago se están diversificando pero lo digital se está convirtiendo en una ola que cada vez cobra mayor fuerza, así que lo mejor que podemos hacer —tanto los consumidores como los comercios, e instituciones financieras y proveedores— es mantenernos preparados para cuando nos alcance.

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